En medio de un nuevo capítulo de presuntas irregularidades en el manejo de programas sociales en Concordia, el diputado provincial Marcelo López intentó despegarse del escándalo en torno a la excoordinadora de Comedores, Silvina Murúa, funcionaria que él mismo había impulsado al cargo. Asegura haber advertido las anomalías a tiempo, aunque su relato deja más interrogantes que certezas.
López confirmó que Murúa fue propuesta desde su propio espacio político al inicio de la actual gestión: “Murúa arrancó muy bien. Cuando detectó irregularidades de la gestión anterior, nos lo informó y nosotros hicimos la denuncia correspondiente”, aseguró en declaraciones a un medio local. Sin embargo, con el tiempo, su situación cambió: “Comenzamos a escuchar rumores, nos mantuvimos atentos y empezamos a buscar información”.
La justificación del legislador apunta a una supuesta deriva ideológica de la funcionaria, a quien señala por haber “dejado de pertenecer al espacio radical para militar con la gente del MID de Concordia”. En ese marco, López indicó que viajó personalmente a Paraná para solicitar su remoción.
Silencio prolongado, dudas sin despejar
López relató que, ante los rumores, enfrentó a Murúa y le pidió explicaciones. Además, le habría solicitado que se alejara de Julián Quiroga, dirigente del MID, sobre quien –dijo– tenía “serias dudas”. Pero lo cierto es que, pese a esas sospechas, no presentó denuncias formales ni solicitó investigaciones judiciales en tiempo y forma. ¿Por qué, entonces, el diputado optó por un manejo reservado del asunto, limitándose a conversaciones informales y pedidos internos?
Mientras tanto, versiones locales aseguran que López se habría ocupado de preservar a dos personas cercanas a su entorno político –designadas como secretaria y secretario de Murúa, que siguen ocupando su lugar original– al margen del escándalo. fueron sostenidos en funciones , mientras otros empleados, con mas tiempo de trayectoria y desempeño intachable, fueron desplazados sin justificación alguna.
¿Control o complicidad?
La falta de una denuncia formal por parte de quien ahora dice haber advertido las irregularidades siembra dudas respecto al rol que tuvo López en la cadena de responsabilidades. Su afirmación de haber “puesto en órbita” a las autoridades provinciales podría interpretarse como un intento tardío de desmarcarse de una situación que, al menos inicialmente, lo tuvo como promotor.
El diputado concluyó sus declaraciones reclamando que, si se comprueba la existencia de delitos, el caso sea judicializado: “Si corresponde una investigación, que se haga en Tribunales”, dijo. También se quejó de que “hubo intencionalidad de vincularlo exclusivamente” al caso, sin aclarar que –según él– fue quien “dio la voz de alerta”.
El trasfondo político
El caso expone nuevamente la fragilidad del sistema de control interno en áreas sensibles como la asistencia social. Y deja expuesta una tensión creciente en Concordia entre espacios de la UCR, el MID y referentes que se disputan el aparato estatal. Tambien la propia interna radical forma parte de un tablero político donde las alianzas, las traiciones y los silencios dicen más que las declaraciones públicas.
Con informacion de: Rio Uruguay/ Redaccion de Análisis Litoral