La Libertad Avanza define por estas horas que Milei cierre la campaña nacional en una ciudad y una provincia en la que tiene una dura disputa por el voto no peronista con el gobernador Pullaro y su candidata Gisela Scaglia. La división de ese electorado le da buenas chances de triunfo a Fuerza Patria, que lleva como cabeza de lista a Caren Tepp. Cómo piensan sus últimas actividades proselitistas los tres principales frentes
La muy posible presencia de Javier Milei en Rosario el 23 de octubre para hacer el cierre nacional de la campaña electoral del oficialismo —aún no confirmada, pero planteada como casi un hecho por altas fuentes de la Casa Rosada en los últimos días— pone en claro la centralidad que tiene hoy Santa Fe en el escenario político argentino, por ser uno de los grandes distritos que puede torcer la balanza para uno u otro lado.
La ciudad será un gran hervidero ese día: también Provincias Unidas, la fuerza de Maximiliano Pullaro y otros cinco gobernadores que postula a la vicegobernadora Gisela Scaglia, prepara un gran acto para la última jornada antes del inicio de la veda, y Fuerza Patria realizará asambleas y recorridas encabezadas por su candidata Caren Tepp.
La decisión de que sea Rosario el lugar de cierre de la campaña de Milei no solo obedece a la necesidad de apuntalar e imantar a su figura a un candidato desconocido como el joven Agustín Pellegrini. También se trata de fortalecer la disputa por el voto no peronista con un gobernador con el que comparte electorado y también un logro: la pacificación de las calles rosarinas.
La Libertad Avanza, con Patricia Bullrich a la cabeza, siempre buscó la capitalización simbólica de la baja del delito en Rosario, que ese no sea un rédito político exclusivo de Pullaro. Esa posibilidad adquiere mayor relevancia en un momento en el que los dos ejes principales del contrato entre Milei y el electorado que lo llevó a la Presidencia —la refundación de la economía y el combate a “la casta”— entraron en crisis por las inconsistencias del plan de Luis Caputo, que motivaron la necesidad de una intervención inédita de Estados Unidos, y las denuncias de corrupción.
Una elección de medio término es habitualmente un examen para un gobierno. Se supone que debe mostrar lo que consiguió hasta acá y ser juzgado por ello. Pero la fragilidad actual de la gestión Milei, sumido además en una crisis interna fenomenal, desluce incluso hasta su gran logro: la baja de la inflación. Por eso, su discurso pasa principalmente por atacar el pasado, poner el kirchnerismo como fantasma y prometer un futuro venturoso que necesita “un esfuerzo más” de parte de la ciudadanía.
El presidente tuvo que soltar los sueños imperiales. Ya no busca mostrarse como la cabeza del “mejor gobierno de la historia” que iba a pintar el país de violeta, sino más bien como líder del antiperonismo, al que Estados Unidos lo empuja a abroquelar luego de las elecciones para sancionar las reformas laboral, tributaria y jubilatoria en los dos años que vienen. Su discurso —y el de sus candidatos, Pellegrini incluido— apunta a emparentar las opciones peronistas con el chavismo, mientras intenta no tensar la cuerda con los gobernadores, los mismos a los que en otro momento trató de degenerados fiscales, con quienes buscará acuerdos después del 26 de octubre.

Santa Fe es uno de esos distritos donde los sectores antiperonistas son mayoría. Pero están en disputa por la decisión del gobernador de jugar fuerte en un momento en el que las encuestas marcan un retroceso de La Libertad Avanza con respecto a los niveles de consideración de unos pocos meses atrás.
Pullaro, pegado como estampilla a una candidata, Gisela Scaglia, que necesita mayores niveles de conocimiento, empuña la defensa de lo provincial y un rechazo a los dos polos de la eterna grieta: libertarios y kirchneristas. A los primeros los emparenta con la timba financiera y a los segundos con el “populismo derrochador”, tal como dijo este viernes en el programa Radiópolis de Radio 2. Promete defender los intereses de Santa Fe frente a dos contendientes que, desde su punto de vista, ya demostraron que lo provincial no es prioridad, pero bajo el paraguas de un nuevo agrupamiento político, Provincias Unidas, que busca construir un proyecto nacional que ponga al interior como centro.
La división del voto no peronista recrea un escenario de tercios, en el que Fuerza Patria, la identidad electoral del panperonismo, aparece con buenas posibilidades de triunfo de la mano de Caren Tepp, una candidata que aporta renovación y frescura, pero que está acompañada por un dirigente, Agustín Rossi, al que sus contrincantes asocian con un pasado al que la mayoría de los santafesinos no quiere volver.
Es que la campaña, en Santa Fe y en todo el país, es mucho más negativa que propositiva. Algo que habla del estado actual de la política argentina, y explica también el desencanto que, en las elecciones realizadas en lo que va del año, hizo casi la mitad del electorado haya decidido no ir a votar. Tepp no es la excepción: se planta como opción de oposición clara a Milei —“frenemos esta locura”, plantea— y también a Pullaro, a quien identifica como otra cara de un ajuste que pierde consenso a medida que las penurias económicas se estiran.
Con ese telón de fondo, los tres principales espacios santafesinos entran en la recta final con estrategias diferentes, pero un mismo escenario principal: Rosario.
Hacer conocido al desconocido
El mileísmo busca en esta parte final de la campaña fortalecer la presencia en Rosario y Santa Fe capital. Pellegrini viene intensificando su presencia en medios, algo que había evitado hasta los últimos días, pero que apareció como necesario para hacer conocidos su voz y su rostro. El guion es el que baja desde la Casa Rosada: atacar el pasado y prometer un futuro venturoso que justificaría el esfuerzo actual.

Sin el carisma de los outsiders que eran conocidos por otras actividades y a los cuales La Libertad Avanza —al igual que pasó en otros partidos— les abrió la puerta para usufructuar su fama, Pellegrini se muestra como un libertario serio, moderado en sus formas, políticamente correcto, que recita el librito sin estridencias. Es decir, descalifica a sus adversarios —a Tepp la trata de chavista y comunista y a la lista de Scaglia la describió como “pseudokirchnerista”—, pero sin sobresaltarse.
Con solo 25 años, su pasado muestra a un pibe de clase media que trabajaba en la productora de seguros de la familia y que se sintió identificado con aquel Milei que irrumpió en la televisión como economista y luego, electoralmente, supo canalizar el desencanto de miles de Agustines Pellegrinis. Su madrina política es la diputada Romina Diez, amiga íntima de Karina Milei. Karinista puro, definen al candidato, que podría ser visto como un yerno educado.
Este viernes la recta final de la campaña la comenzó en la capital provincial con la “Santa Fest”, un acto con estética de show más que de mitin político, encabezado junto a Diez. Pero si se confirma el cierre de Milei en Rosario, ese será el plato fuerte.
Defensa de Santa Fe
El oficialismo provincial encara el último tramo de la campaña con una agenda que combina las recorridas territoriales de cercanía con dos grandes actos de cierre: el primero será el miércoles en Santa Fe y el segundo el jueves en el Bioceres Arena de Rosario.
Este viernes hubo un encuentro masivo en Venado Tuerto, con intendentes de toda la región sur, que coronó recorridas por toda la provincia en la que Gisela Scaglia estuvo acompañada por los referentes locales de cada lugar. No a todos lados fue con Pullaro, pero a la mayoría sí. En los próximos días se los volverá a ver juntos incluso en notas periodísticas. El porqué lo dejó en claro el propio gobernador en su nota con Radiópolis de este viernes: “Gisela Scaglia soy yo”, dijo.

Eso se completa con un lado propositivo —la construcción del proyecto nacional de Provincias Unidas para pensar el país desde el interior y en favor de la producción y el trabajo— y otro descalificativo hacia los adversarios: “No voten a quienes no nos defendieron. El kirchnerismo quiere que Agustín Rossi y La Cámpora vayan al Congreso y La Libertad Avanza que los diputados que eligió desde Buenos Aires Karina Milei representen a Santa Fe”.
La consigna de Unidos en esta recta final es clara: “Defender a Santa Fe de quienes priorizan sus intereses nacionales”. En el comando de campaña se muestran optimistas: creen que la disputa se definirá entre Unidos y el PJ, y que la caída del mileísmo lejos estuvo de frenarse con los confusos movimientos libertarios en torno a la intervención de Estados Unidos en cuestiones políticas y económicas domésticas.
Admiten que el gobierno nacional busca apropiarse de los logros en materia de seguridad, pero prefieren evitar tensionar por ese lado para no poner en riesgo el acuerdo de cooperación entre jurisdicciones. “La gente sabe cuántos gendarmes ve en la calle y cuántos policías de la provincia; no hace falta que la política se lo diga”, sostuvo una fuente muy cercana a Pullaro consultada por Rosario3.
Campaña en territorio
La candidata a diputada nacional del peronismo santafesino, Caren Tepp, eligió cerrar su campaña de la misma manera en que la transitó: en territorio. Sin caravanas, sin grandes escenarios ni, en principio, presencia de dirigentes del peronismo nacional —que no parece que estén en condiciones de ayudar a sumar votos—, sino con una sucesión de asambleas ciudadanas en cada departamento de la provincia. El ciclo —que tuvo paradas en Rosario, Las Colonias, Iriondo y Constitución— replicó el esquema de la “Constituyente de la gente” que se usó para la campaña de las elecciones de convencionales.
“Fue una campaña con mucho volumen territorial y mucho alineamiento interno. Se notó la unidad del peronismo en torno a una consigna clara: frenar a Milei, sostener la unidad y defender una lista con identidad propia”, resumen desde su equipo.

Tepp insistió en que el Congreso debe ser “la institución donde se pongan límites al ajuste de Milei” y que su rol será llevar “la voz de la gente frente a las consecuencias sociales de esas políticas”. En las asambleas, dicen en el comando de campaña, se recogieron demandas que, aseguran desde el sector, nutrirán su agenda legislativa: transporte y derechos de las personas con discapacidad, salud mental —con foco en adicciones y ludopatías derivadas de la crisis económica— y el vínculo entre Estado y producción. Las víctimas del ajuste.
En ese marco, allegados a la candidata ven una posibilidad de reconstruir el vínculo con los pequeños productores agropecuarios, roto desde el conflicto por las retenciones móviles de 2008.
“El 70 por ciento de los productores alquilan campos; retenciones cero fue una estafa. Caren propone una mirada más justa, que permita generar nuevos puentes”, explican en su entorno. Claro, Rossi, muy valorado en el kirchnerismo por su trabajo en la Cámara de Diputados durante los gobiernos de Néstor y Cristina, no es una figura que sume en ese sentido y acaso eso explique el protagonismo casi exclusivo de Tepp en la campaña, que en la última parte sumó presencia en medios santafesinos y porteños.
Así las cosas, el jueves en Rosario no solo cierra la campaña: también se miden tres maneras de entender el poder y la esperanza.