La semana pasada había quedado un exceso de $5,8 billones en el mercado, con riesgo de que terminarán presionando al tipo de cambio en plena campaña electoral y con eventual impacto en la inflación. El equipo de Milei y Caputo reaccionó aumentando el nivel de depósitos que las entidades deben mantener inmovilizados y remunerando parte de ellos al 63% anual.
“Ni un peso al mercado”, prometió el ministro de Economía, Luis Caputo, la semana pasada, después de que fracasara la renovación de deuda que vence cada 15 días y le mete presión al dólar. En ese momento quedaron $5,8 billones sueltos. Entonces, el Banco Central, que conduce Santiago Bausili, organizó un zoom con sus técnicos y los de los bancos privados, tenedores de esos pesos para anunciarles que quedarían inmovilizados por una suba de encajes bancarios: 2 billones quedarían sin remuneración y los otros 3,8 billones serían compensados con un bono que se emitió este lunes.
La Secretaría de Finanzas, que encabeza Pablo Quirno, les embocó así a los bancos las nuevas letras Tamar (acrónimo de Tasa Mayorista de Argentina) por $3,79 billones con una tasa nominal anual del 51%. Es decir, 4,5% mensual, más del doble de la inflación actual. Esto significa una tasa efectiva anual del 63%.
“No parece probable que bajen las tasas hasta octubre al menos”, reflexionan en un banco local acerca del objetivo gubernamental de mantener el dólar y la inflación a raya hasta las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre. En otra entidad advierten que el Gobierno ha tenido que subirlas mucho con tal de hacer bajar la moneda norteamericana de $1.380 a fines de julio a 1.315 este lunes -un 0,4% más que en la rueda anterior-. Su temor es que si las afloja un poco, subirá el dólar otra vez.
Y aunque la recesión del consumo y la apertura de importaciones reduzcan el traspaso a precio de la devaluación del peso, el presidente Javier Milei y su equipo económico no quieren correr ese riesgo de arruinar un ápice su promesa política de bajar la inflación. En julio no hubo traslado, pero en agosto la inflación de alimentos y bebidas que mide la consultora LCG marcó un 3,1% sólo en la primera quincena de mes. No por nada se encendieron las alarmas de Milei, Caputo y compañía y aplicaron el torniquete monetario a los bancos, que renuevan cada 15 días las Letras de Capitalización (Lecap) y otros bonos. Las entidades financieras no pueden comprar dólares, pero sus pesos se terminan escurriendo a sus clientes, que son los que terminan yendo a la divisa.
El Gobierno sostiene su relato de que los inversores financieros se quieren ir al dólar para cubrirse de un resultado electoral adverso al plan oficial, sobre todo en la provincia de Buenos Aires en los comicios legislativos del 7 de septiembre. Pero en uno de los bancos ya citados advierten de que de una vez que pasen las elecciones, incluso si gana La Libertad Avanza (LLA), la falta de reservas del Central continuará hasta por lo menos la próxima cosecha de soja y maíz, en el segundo trimestre de 2026. Hasta ese momento habrá demanda de divisas para importar y para viajar al exterior, mientras que las que vengan con el Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI) y las privatizaciones demoran en llegar.
Por ahora, los pesos están maniatados. No es que los depositantes no puedan sacarlos. No es un corralito. Lo que sucede es que el 45% de los pesos que los bancos reciben deben mantenerse inmóviles. Sólo una parte pudo colocarse en Tamar. El resto, sin remuneración. Y no sólo eso. Antes, el nivel de depósitos encajados se medía por promedio mensual: es decir, podía haber un día en que no se llegaba al porcentaje establecido por la autoridad monetaria y se compensaba en otra jornada. Pues ahora los encajes deben cumplirse día a día. Por eso, se prevé que los bancos terminen sobrecumpliendo la exigencia del 45%, con lo que faltarán más pesos de lo pensado.
Si una entidad incumple un día el mínimo de encaje, ya incumple la meta mensual. Si esto se repite tres meses, entonces el Central le aplica una multa, pero el mayor riesgo es reputacional frente a los clientes. Por eso, los bancos terminarán excediéndose en el encaje y eso lleva a que se anticipe una tasa mayor que la actual. Este lunes, la caución, que es una operación financiera de corto plazo, pagaba 30%, menos de la mitad que la semana pasada, pero una vez que este martes se terminen de suscribir efectivamente las TAMAR, las tasas volverían a subir, según operadores del mercado.
“Este lunes no había incentivos a grandes movimientos, pero a partir de mañana la única forma de hacerse de liquidez será dejar vencer las Lecap”, comentan en un banco nacional. Por eso, cada renovación de esa letra, como la de la semana próxima, será un desafío para el Gobierno hasta las elecciones del 7 del mes próximo, por lo menos. Si ese día vence LLA, la tensión se relajará por unos días, más allá de que estructuralmente faltan dólares en el Central -tiene la mitad de lo necesario, según el Fondo Monetario Internacional (FMI)-. Pero si el peronismo se impone en territorio bonaerense, sobrevendrá un mes y medio de campaña nacional con alta volatilidad financiera. Sucede que los inversores financieros apuestan por los libertarios. Sus intereses se contraponen a los de un industrial pyme, por ejemplo.
El crédito y la económica actividad sufrirán estos meses, pero el Gobierno privilegia bajar la inflación. No importa que las empresas tengan que financiarse al descubierto al 80% para su operatoria cotidiana o que los consumidores paguen en 12 cuotas al 240%. La prioridad es otra para Milei y su elenco: ganar las elecciones para así emprender reformas laboral, tributaria y jubilatoria y, de este modo, convencer a inversores sobre el giro económico de la Argentina.https://www.youtube.com/embed/J-6Md1X5QsM?enablejsapi=1
¿Es sostenible este esquema de altas tasas y dólar bajo? “Los esquemas insostenibles duran más que lo pensado”, responden en un banco nacional. En su sector están enojados con el Ejecutivo. “Bancos y ALYC (agentes de liquidación, o sociedades bursátiles) locales están bastante a las puteadas con el Gobierno”, comentan en un banco de inversión extranjero. “La volatilidad y aumento de las tasas está golpeando bastante todos los activos en pesos. Y el aumento de las tasas de caución golpeó a muchos traders locales y rompiendo el mercado. Este lunes, por suerte, fue un buen dia con las tasas yendo para abajo y el dolar también, lo que es positivo. El tema es que con la licitación de hoy del Tesoro, que liquida mañana, es probable ver tasas nuevamente para arriba en los próximos días”, añaden en esa entidad foránea.
“Si la suba de tasas es transitoria, no pasa nada”, comentan en una de las principales ALYC. “Pero si se mantiene mucho tiempo, se enfría bastante la economía y habrá empresas que no podrán cumplir con su deuda. No hay negocio que aguante 55% de tasa real, con una inflación del 25%”, agregan.
“Hay mucha bronca en los bancos”, suma un consultor. “Los funcionarios no quieren dar la cara, sólo hubo un zoom con técnicos”, continúa. En otro banco local lo confirman: “Hay un descontento generalizado con las medidas del Central, que generan mucha volatilidad en las tasas y complican la política crediticia de los bancos. Y una sensación de mala praxis generalizada.El zoom de la semana pasada fue muy malo. La norma está llena de problemas, y hay consenso entre los bancos que van a tener que corregir para evitar problemas mayores. Hasta un banco internacional de primera línea estaba muy enojado con la norma y el nivel de improvisación. Los principales problemas son que aumenta la exigencia en un mercado que no tiene liquidez, obliga a cumplir el encaje todos los días y obliga a comprar títulos públicos que los bancos no quieren”, completan en la misma entidad nacional.https://www.youtube.com/embed/_TovrnAsTyE?enablejsapi=1
El consultor Hernán Hirsch prevé que todo esto derive en “menor traslado a precios de la suba del dólar, a cambio de menor actividad económica, alargamiento en la cadena de pagos, más mora, menos crédito y un costo fiscal no menor por la suba de tasa del Tesoro y la deuda colocada”. Pero su colega María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos, rescata que “de a poco va ordenándose esta transición dificil de dejar atras las LEFI”, las Letras Fiscales de Liquidez. Estos bonos proveían a los bancos de circulante hasta el mes pasado, pero el Gobierno decidió eliminarlos, en lo que el mercado interpretó como un error.
“Los bancos se volvieron en contra, aunque aceptando las nuevas reglas del juego”, comenta el consultor Orlando Ferreres. “Efectivo mínimo de 50% es algo exagerado como para prestar al sector privado, con efecto probable con freno a la actividad”, añade.
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