Opinión: Luis Edgardo Jakimchuk

Qué difícil es encontrar explicación cuando tu mente recibe estímulos constantes de escenas que generan un sentido de vergüenza ajena. La vergüenza es un sentimiento moral conveniente, que ayuda a regular el comportamientode acuerdo con los valores personales. No sentir vergüenza y no indignarse con la conducta del presidente Milei, es un indicio de una realidad moral que preocupa porque es impermeable al juicio de la gente.
Los argentinos no merecemos un presidente que está fuera de la realidad, evidentemente esquizofrénico político. Cuando utilizo la palabra “esquizofrenia” en política, es en el sentido etimológico de “mente dividida”, en este caso, con el único propósito de poder entender las inadmisibles desconexiones entre la realidad económica, social y política por la cual atravesamos y las acciones de quien es responsable, que exceden largamente el campo de la lógica y también del sentido común. El nivel de deterioro de la investidura presidencial es espantoso. Es un signo más de un gobierno que está en descomposición, que no encuentra rumbo, que no da certezas.
OTRA VERGÜENZA
Nuestra Concordia la que alguna vez fue calificada por Antoine de Saint Exupery como “un pedacito de cuento de hadas”, deberíamos agregar que también hay seres humanos, seres complejos, como el fascinado por la liturgia anarcocapitalista Mario Natalio Grinman, presidente de la CAC (Cámara Argentina de Comercio y Servicios), quien mejor plasmo ese “amor” al decir que le daba “asquito” la actitud de los legisladores que votaban en contra los vetos que reivindica a jubilados, Garrahan, discapacidades. No solo eso, palabra más, palabra menos, llamó a votar por LLA en las legislativas, porque entiende que este modelo es el modelo de un país normal. Aclara que la institución que dirige no tiene actividad política y hasta lo puso en términos descarado, “podemos optar por el bien o por el mal”.
El modelo que pide el representante del Comercio y Servicio que apoyen los argentinos, enfrenta un escenario laboral y productivo crítico. En los últimos 20 meses se destruyeron 219.256 empleos registrados y más de 17.000 empresas cerraron sus puertas desde que asumió el presidente Javier Milei. Los datos relevados por el Centro de Comercio Industria y Servicios de Concordia muestra que el 51,4% define la condición actual de las operaciones de su empresa como “parcialmente activa”. En cuanto al estado de sus ventas/operaciones comerciales, respecto al primer semestre de 2024, el 50,4% afirma tener caída en sus ventas: el 35,1% una caída hasta el 25%, el 8,1% que su caída fue de entre el 26 y 50% y el 7,2% registra una caída de más del 50%.
Entre los consultados, un 25,2% declara haber tenido una mejora en sus ventas, un 17,1% afirma haber aumentado de entre el 1 y el 25%, el 4,5% respondió que su aumento fue de entre un 26 y 50% y el 3,6% que sus ventas aumentaron más de un 50% respecto al mismo período de 2024. El 24,3% afirma tener el mismo nivel de ventas del primer semestre del 2024un escenario que muestra que luego de las elecciones se va a profundizar.
En Concordia abundan personajes incompatibles con lo que representan. Referentes sectoriales describen un escenario de incertidumbre, cautela y una preocupación común por la falta de reactivación efectiva en la actividad. Este personaje que representa a estos sectores les pide a sus representados “voten por LLA que es el bien y no por el mal”.
LA VERGÜENZA DE LA NARRATIVA ENSOBRADA
El periodismo es quizás lo más dinámico para la gente y para el día a día de la sociedad. Por esta razón el gran maestro polaco Ryszard Kapuściński, periodista, escritor e historiador, rechazaba al periodismo manipulado por corporaciones y periodistas que no son buenas personas, porque esconden la realidad. El buen periodista es aquel que nunca se presta al juego de adular al gobierno o de servir de portavoz de sus intereses.
Hoy en nuestro país hay periodistas, que no informan, sino que opinan en nombre de la objetividad y la verdad. La objetividad no existe, pero la subjetividad no se debe confundir nunca con la falsedad. Hay periodistas aduladores del régimen mileista que no juegan limpio con sus lectores.
Honestidad y veracidad, dos cualidades que a muchos les falta, por los “sobres”, perdiendo el objetivo que son los que oxigenan la democracia.