Balbuceos opositores del kirchnerismo entrerriano: cuando el hilo del ovillo se les escurre de las manos

En Entre Ríos, el kirchnerismo intenta reinventarse como oposición, aunque el resultado se parece más a un eco nostálgico que a un discurso de poder. Entre balbuceos y slogans reciclados, figuras como Guillermo Michel, candidato a diputado nacional por Fuerza Entre Ríos, buscan un punto de apoyo para enfrentar a la Alianza La Libertad Avanza, que avanza —literalmente— sin contrapesos reales en el tablero provincial.

Michel, que fue funcionario y operador fiscal del sistema que hoy promete combatir, encarna la contradicción viva del peronismo entrerriano: advertir sobre un modelo que ayudaron a construir.
En recientes reuniones, una en la unidad básica de Maciá y otra en la UADER, lanzó su advertencia con tono de profecía:

“Si Frigerio gana, va por la suba de la edad jubilatoria y el 82% móvil”.

El argumento, rehecho del manual 2017, busca despertar viejos fantasmas de la “reforma previsional macrista”. Pero el problema es que, esta vez, los fantasmas parecen haberse pasado de bando: nadie en la provincia cree ya que el kirchnerismo pueda defender un derecho que ellos mismos deterioraron con inflación, jubilaciones mínimas pulverizadas y cajas vaciadas por décadas de clientelismo.

Michel insiste en que “está en estudio una reforma previsional que implicará un incremento de la edad jubilatoria y terminar con el 82% móvil”. Un dato curioso, porque ese 82% ya se transformó en mito urbano para la mayoría de los jubilados entrerrianos que sobreviven con la mitad de lo prometido.

“Probablemente el Gobernador no lo sepa, porque no es de acá”, ironizó el candidato, intentando provincializar un debate que ya se les escapó del radar.

El kirchnerismo local, mientras tanto, se aferra al manual del miedo, porque no encuentra otro modo de confrontar con una fuerza libertaria que le quitó el monopolio de la “bronca popular”.
El peronismo de Entre Ríos, que durante años gobernó con el beneplácito de los radicales domesticados, ahora intenta revivir esa sociedad “del pasado” bajo la forma de un frente opositor “para frenar el ajuste”. Pero los tiempos cambiaron: la sociedad parece más preocupada por el gasto político que por la épica previsional.

Frigerio, con su estilo tecnocrático y su discurso de “gestión sin relato”, deja al kirchnerismo sin enemigo visible. Y Michel, que intenta llenar ese vacío, termina hablando solo, repitiendo las mismas frases con las que el peronismo se fue hundiendo elección tras elección.
Mientras tanto, La Libertad Avanza sigue creciendo en los sectores medios y jóvenes, que ven en el discurso de Milei una revancha contra los que “gobernaron toda la vida” y ahora se disfrazan de opositores.

La paradoja es evidente: el kirchnerismo habla de defensa de derechos mientras su credibilidad se evapora. En su intento de oponerse a Frigerio, Michel no hace más que confirmar que el peronismo entrerriano sigue buscando el principio del ovillo en el mismo laberinto donde perdió el poder.