Estados Unidos envió diez cazas F-35 a Puerto Rico para reforzar la ofensiva contra el narcotráfico, en medio de choques militares y presión a Nicolás Maduro.
Estados Unidos reforzó su presencia militar en el Caribe con el envío de diez cazas F-35 al territorio de Puerto Rico. El despliegue, confirmado por el Pentágono, se enmarca en una ofensiva regional contra el narcotráfico, pero también refleja la creciente tensión con Venezuela.
La medida se produjo apenas horas después de que fuerzas estadounidenses atacaran una embarcación venezolana acusada de tener vínculos con el narcotráfico. En paralelo, el Departamento de Defensa advirtió al gobierno de Nicolás Maduro que no intente “obstruir ni interferir” con sus operaciones.
Washington acusa al presidente venezolano de liderar una red internacional vinculada al Cartel de los Soles y al grupo criminal Tren de Aragua. Como parte de esa estrategia de presión, la Casa Blanca elevó a 50 millones de dólares la recompensa por información que permita capturarlo.
La situación se intensificó cuando el régimen de Maduro envió dos aviones de combate a sobrevolar destructores estadounidenses en la región. El cruce coincidió con un ataque previo de Estados Unidos en el que murieron 11 presuntos narcotraficantes, un hecho celebrado por Donald Trump como “una victoria contra el narcoterrorismo”.
Estados Unidos refuerza su ofensiva
La presencia de los cazas se suma a siete buques de guerra y un submarino nuclear, con más de 4.500 marines a bordo, conformando una de las mayores operaciones militares en el Caribe en los últimos años. Desde Caracas, el gobierno denunció el operativo como una “ejecución sin juicio” y sugirió que las imágenes difundidas pudieron haber sido manipuladas mediante inteligencia artificial.
En medio de la escalada, el secretario de Estado, Marco Rubio, en una gira por México y Ecuador, instó a reforzar la cooperación con países aliados frente al crimen organizado y la migración ilegal. “Nos ayudarán a encontrarlos y hacerlos estallar si es necesario”, declaró.
La respuesta de Maduro no se hizo esperar: anunció la movilización del ejército venezolano, de unos 340.000 efectivos, junto con más de ocho millones de reservistas, y calificó la situación como “la mayor amenaza que nuestro continente ha visto en los últimos 100 años”.