El Impacto de los Algoritmos en la Polarización de las Redes Sociales Durante el Proceso Electoral, estableciendo una nueva grieta.

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En la era digital, las redes sociales han surgido como poderosos espacios de intercambio de ideas y opiniones. Sin embargo, la reciente contienda electoral estuvo marcada por un fenómeno preocupante: la polarización extrema fomentada por algoritmos, que hoy dominan las redes.

Desde el inicio de la campaña, los algoritmos de las plataformas sociales jugaron un papel crucial al influir en las preferencias y elecciones de contenido de los usuarios. La inteligencia artificial detrás de estas plataformas, diseñada para maximizar la participación y retención del usuario, generó una “burbuja informativa” donde los individuos se encontraron cada vez más expuestas a opiniones afines.

Esta dinámica llevó a que las personas compartieran y recibieran constantemente información que reforzaba sus propias perspectivas, creando así un ciclo de retroalimentación. En lugar de fomentar un debate saludable y diverso, las redes sociales se convirtieron en campos de batalla virtuales donde las posturas políticas divergentes chocaron con una intensidad sin precedentes.

A medida que se acercaba el balotaje, el clima en las redes sociales alcanzó su punto álgido. Los usuarios, arraigados en sus creencias fortalecidas por la constante exposición a contenido sesgado, se enfrascaron en discusiones beligerantes. La falta de un espacio común para el diálogo constructivo y la creciente hostilidad entre los habituales de diferentes redes contribuyeron al clima de confrontación.

Este fenómeno fue de tal magnitud, que en momentos en los cuales se desarrollaba el comicio electoral y los usuarios continuaban confrontando e incluso increpando al otro por la postura adoptada tanto para un partido u otro, dicho estado se extendió hasta el momento en que se desarrollaba el escrutinio e incluso se prolongo con un alto nivel en horas siguientes.

El clima de opinión se vio exacerbado tambien por todos los medios de comunicación tradicionales tanto radiales como televisivos e incluso los gráficos, al día posterior del debate, dejando abierto por siete días este estado que se reflejaba definiendo un eventual ganador , que a posterior no seria tal.

Este fenómeno plantea interrogantes cruciales sobre la responsabilidad de las plataformas sociales en la formación de opiniones y la salud democrática. ¿En qué medida deben los algoritmos tener en cuenta la diversidad de perspectivas? ¿Cómo podemos evitar que la tecnología perpetúe divisiones en lugar de fomentar la comprensión mutua?

En retrospectiva, la elección se convierte no solo en un reflejo de la voluntad popular, sino también en un testimonio del impacto profundo que los algoritmos tienen en la sociedad contemporánea. La tarea ahora es abordar estos desafíos y buscar soluciones que promuevan un espacio digital más inclusivo y enriquecedor para el debate político.

Por Alejandro Monzon
Manager en RR.PP (consultor en imagen y comunicación)

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