
Un nuevo capítulo en la interminable saga del PJ de Concordia tuvo lugar en las últimas horas. El Consejo Departamental de la segunda ciudad más grande de Entre Ríos, con mayoría de sus integrantes presentes, resolvió destituir al titular partidario, Facundo Ruiz Díaz, tras su negativa a renunciar a la presidencia.
Como había trascendido a principios de noviembre, parte de la conducción le pedía que “voluntariamente” diera un paso al costado tras haber militado en las legislativas para una lista que no fue la del partido. Ruiz Díaz recibió una carta documento con ese pedido, que calificó como “ilegítimo”. Ante su negativa, el Consejo avanzó con la destitución.
Según publicó Letra P, el acta ya fue presentada al Consejo Provincial del partido. El Consejo departamental es soberano y tiene la potestad de tomar la decisión; la autoridad provincial solo debe validar las firmas.
Cresto y Giano: los operadores de un modelo agotado
Aunque públicamente no aparecen involucrados, numerosos sectores internos coinciden en que Enrique Cresto y Ángel Giano estarían moviendo hilos desde las sombras para condicionar o directamente voltear a la nueva conducción partidaria. La maniobra no sorprende: para la militancia y para gran parte de la ciudadanía, ambos forman parte del núcleo dirigencial que llevó al peronismo local al colapso electoral y social.
En el caso de Cresto, la evaluación es lapidaria: perdió toda legitimidad, está señalado como el “mariscal de la derrota”, y es cuestionado incluso por aquellos que alguna vez militaron bajo su estructura. Su figura aparece hoy asociada a una realidad innegable: bajo sus gestiones, Concordia mantuvo récords de pobreza, desocupación y exclusión, posicionándose año tras año entre las ciudades con peores indicadores del país.
A ello se suma Ángel Giano, cuya trayectoria reciente dejó una huella similar: alianzas fluctuantes, disputas internas sin rumbo y una desconexión profunda con la realidad social. Para buena parte de la militancia joven, tanto Giano como Cresto —y otros referentes del mismo espacio que integraron ese círculo de decisiones— son responsables directos de haber conducido a Concordia a los niveles crónicos de pobreza, indigencia y falta de oportunidades que todavía hoy condenan a miles de familias.
La acusación es puntual: ellos construyeron el modelo que ahora intentan controlar otra vez, pese al evidente rechazo social que arrastran.
Una paradoja irritante: los más cuestionados intentando volver
La tensión interna tiene un trasfondo casi grotesco: dirigentes sin legitimidad pública, señalados por la ciudadanía como parte del problema estructural de la ciudad, vuelven a la carga —desde las sombras o desde los sellos partidarios— para intentar recuperar poder. Lo hacen sobre la espalda de jóvenes que intentan enderezar lo que ellos mismos dejaron caer.
Mientras tanto, Ruiz Díaz enfrenta el reproche formal de haber militado para otro espacio. Respaldó la candidatura de Héctor Maya (Partido Socialista), en una lista acompañada por el ex PAR Gustavo Guzmán y con el apoyo de UPCN, conducido por José Allende, referente político del ahora destituido presidente.
El acta: destitución y cambio de cerraduras
El acta del 14 de noviembre establece tres puntos: destitución, ejercicio colegiado de la conducción y el cambio de cerraduras de la sede. La conducción provincial ya validó el documento, y la destitución quedó firme.
Para garantizar la validez legal, los consejeros presentaron corrimientos por renuncias y fallecimientos que habilitaron que suplentes firmaran como titulares.
La renovación juvenil frente al desgaste moral de la vieja guardia
La movida interna está impulsada por un grupo de jóvenes que representan una renovación real: Javier Orduna (PAR), Facundo Pérez (Germán Abdala–ATE), entre otros. Buscan reconstruir al peronismo desde abajo, con una práctica política distinta y sin las conductas que, según ellos, hundieron al partido en la desconfianza social.
En esa reconstrucción chocan de frente con lo que describen como “la vieja dirigencia que se cagó en la gente”, la misma que gobernó —y desgobernó— durante años, consolidando los indicadores más dolorosos de la ciudad: pobreza estructural, desocupación crónica, desigualdad persistente y una fractura social que todavía sangra.
Quién es Facundo Ruiz Díaz
Ruiz Díaz llegó a la presidencia del PJ en marzo de 2024 con la lista Renovación Peronista, que triunfó con apenas 698 votos en una interna de bajísima participación dentro de un padrón de 16.000 afiliados. Antes había participado del armado que impulsó a Giano como precandidato a intendente en las PASO de 2023.
Es empleado provincial y titular de UPCN Concordia. En las legislativas militó la lista Entrerrianos Unidos, que llevó a Maya como senador y a Guzmán como diputado nacional.
Un final abierto, pero con una certeza: el peronismo ya no puede volver a ser lo que fue
La disputa no termina con un acta ni con un cambio de cerraduras. Lo que está en juego dentro del PJ Concordia no es un sillón, ni la presidencia partidaria, ni un control administrativo. Lo que se define es si el peronismo vuelve a quedar secuestrado por los mismos dirigentes que lo llevaron al abismo, o si de una vez por todas se permite que nuevas generaciones, limpias del desgaste y del cinismo acumulado, empiecen a reconstruir lo que otros destruyeron.
El dilema no es 2027.
El dilema es si Concordia va a seguir atrapada en las manos de los responsables de su pobreza o si podrá empezar —al fin— un camino distinto.

