
El año electoral atrapó la atención de los usuarios de las redes, dejando al deporte y al espectáculo en un segundo plano.
La vida de los argentinos en redes sociales volvió a tener un año teñido de política.
El debate entre oficialistas y opositores dominó la charla digital, con la figura de Milei en lo más alto, secundado por un amplio abanico de dirigentes de distintas expresiones ideológicas.
Lo político fue de tal intensidad durante 2025 que dejó al deporte en segundo plano e incluso al espectáculo.
Aunque con mucho menos protagonismo, el periodismo también tuvo su lugar en la charla de los argentinos en redes sociales, jugando el doble rol de críticos del poder e intermediarios del debate entre los distintos sectores partidarios.
En este contexto, el espectáculo también tuvo su lugar, pero con un peso menor, haciendo su aporte a la agenda del debate digital con escándalos, declaraciones filosas y una exhibición cada vez más intensa de la vida de los artistas en la gran vidriera de las redes sociales.
Un año con la política al tope de las redes
La foto del año de los argentinos en redes sociales conversando sobre las figuras públicas más importantes dejó un dato brutal del año que pasó.
En los últimos 12 meses se registraron 70.588.800 de menciones sobre figuras públicas, con 81% de negatividad y una conversación más masculinizada (64,9% hombres vs 35,1% mujeres).
Esa combinación no pareció casual.
La agenda se ordenó alrededor de conflictos, disputa de poder y polémicas permanentes, y eso empujó el tono hacia el enojo, la ironía y el ataque más que hacia la adhesión.
La nube de temas del diálogo argentino en redes sobre las personalidades más famosas lo muestra sin sutilezas.

La POLÍTICA ocupó el centro del escenario y el resto giró como satélites.
La primera explicación verificable es, ni más ni menos, el ciclo Milei como el gran traccionador de la agenda.
El Gobierno empuja reformas estructurales y eso mantuvo la conversación en modo “batalla” durante meses, con hitos legislativos varios y polémicas políticas de todo tipo.
A esa dinámica se sumó un clima de calle recurrente, con paros y marchas sindicales contra reformas y el ajuste, que sostuvieron el conflicto como combustible emocional de la conversación digital de los argentinos.
La negatividad alta también se explicó por el trasfondo económico.
El programa de ajuste de la Casa Rosada logró desacelerar la inflación (INDEC informó 2,5% mensual en noviembre de 2025) y el oficialismo mostró resultados fiscales que se convirtieron en bandera política.
Sin embargo, el costo social y el golpe al consumo siguieron alimentando la bronca y la polarización online.
En redes, esa mezcla rara —estabilidad como promesa y dolor como experiencia— casi siempre se expresa con lenguaje negativo, porque las audiencias discuten el precio antes que el resultado.
DEPORTES quedó como el segundo gran motor de la conversación de los argentinos sobre las figuras públicas de más peso.
Su protagonismo se debe a que, en la Argentina, el deporte (y especialmente el fútbol) es religión y marca una agenda de alto voltaje.
PERIODISMO quedó en tercer lugar por dos razones que se retroalimentaron.
Una fue el rol del periodismo como ring: cada conflicto político tuvo voceros, panelistas, streamers y periodistas funcionando como amplificadores y antagonistas.
La otra fue un fenómeno más áspero: el deterioro del vínculo entre el poder y la prensa, con denuncias de hostigamiento y ataques discursivos que se volvieron tema en sí mismo.

