“El grito”

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“El grito”, es la famosa obra “expresionista”, creada por el noruego Edvard Munch. Todo el mundo conoce esta figura casi espectral que se toma la cara y tiene la boca abierta a punto sacar de su interior una carga de angustia y ansiedad que lo está ahogando. Por ser una obra de expresión radical y atemporal de la ansiedad humana, todos podemos sentirnos identificados con su mensaje y, se podría usar para describir como símbolo de la angustia, el miedo y la bronca por la que pasan millones de argentinas/os Traslado este sentido para como ciudadano poder interpretar qué sentimientos se movilizan en los primeros setenta días del gobierno anarcocapitalista.

Jacques Lacan respondiendo a estas emociones intranquilizadora, decía que el miedo y la bronca cuando la gente no comprende lo que le está sucediendo, sufre y poco a poco cae en la angustia. Desde este punto de vista, la angustia abre las puertas al sufrimiento.

Milei y su política de ajuste brutal está llevando a la angustia a ser un componente poderoso de las relaciones políticas, sociales y de los procesos de producción de subjetividades. ¡Cuidado! Vamos camino a romper las reglas de convivencia.

La angustia de la gente les produce placer. Se regocijan. Milei celebró que la gente “queme” sus ahorros para llegar a fin de mes. Les causa placer “con cada bala que un gendarme pone en el cuerpo de un zurdo”. El mismo goce que tenían los milicos torturadores durante la última dictadura. Algo de eso está en el clima de época impulsado por los libertarios.

La hipocresía del Toto Caputo que está feliz por “alcanzar en enero equilibrio fiscal sin ley. Esta mejor de lo que habíamos pensado”. Es tristísimo el proceso deshumanizador que lleva adelante este facineroso junto a mediocres como venal de funcionarios fascistas. El equilibrio logrado en enero tiene dos características es recesivo e inflacionario. Es un terrible saqueo a los salario, jubilaciones y ahorros de una parte importante de la sociedad. De igual modo, cortes de transferencias a las provincias, a los recursos al Fondo de Incentivo Docentes que incide en los salarios de los maestros, incluso no enviando ni un centavo en el último mes al Hospital Garrahan y a remedios para enfermedades crónicas.

Enojado con los gobernadores les quito los fondos fiduciarios, que son ingresos para infraestructura de transporte, para desarrollo provincial, procrear, progresar, transporte eléctrico, hídrica, para cobertura de salud y el Fondo del trigo que es para garantizar un valor de referencia para que no tengamos un precio internacional del pan y fideos. Aunque no hay motosierra para los 4,9% del PBI que son las exenciones y la evasión de impuestos de los “héroes de la sociedad libertaria: las corporaciones económicas.

Solo el esquizo de una mente partida en dos puede exclamar ¡Vaaaaaaaamoooooo Toto!.

Es un escenario dramático. Un millón de argentinos caen en la pobreza por mes, como consecuencia del 46% de inflación en dos meses y la devaluación del peso. A este paso, a fines de febrero habrá más de 23 millones de personas que no llegan a cubrir sus necesidades del mes. De no vislumbrar rápidamente un proceso de sufrimiento decreciente, la mayoría de la sociedad se verán obligada a ponerle un tope al experimento del loco del Twitter. Al fin y al cabo, es una cuestión de supervivencia.

Con su infatigable narcisismo, Milei insiste que “hay un ejército de individuos que no la ven ya sea por ignorancia y/o por envidia”. Este tipo que gobierna el estado argentino y dice que “el estado es una organización criminal. Peor que un ladrón vulgar”,tiene una marcada predisposición a actuar de un modo impulsivo, violento y agresivo (trastorno explosivo intermitente es la patología) sin importarle las consecuencias de sus actos, quiere imponer un poder disciplinador que funcione en forma discreta, en red y repartida. Su viabilidad radica en lo que hace muchos años sueñan las grandes corporaciones, especialmente los monopolios: un mercado de libertad absoluta, que le permitan controlar los mercados, establecer los términos de intercambio y ganar; a sabiendas que esa perfección solo se alcanza eliminando todo rastro de una pluralidad del sentido colectivo.

Para una reforma política/económica como piensa el gobierno se necesita lo que Sturzenegger enfatizó:  empobrecer a “los grupos de interés” que controlan los recursos de la población. Nítidamente lo refleja la confección del DNU y la Ley Ómnibus, donde las corporaciones ejercen (me apropio de un término foucaultiano), el panoptismo, las estrategias de vigilancia, poder y control acompañado por un relato perverso, disparatado y mentiroso que crea territorios artificiales propias de su personalidad.

Milei es la medida del fracaso de la política. La aceleración de la mayor catástrofe social, obliga al peronismo y todas las fuerzas progresistas a ponerse firmes en dos planos, el legislativo y las calles.

Por: Luis Edgardo Jakimchuk

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