
Mientras en España una diputada de origen argentino se planta en el Parlamento con una claridad moral que incomoda, en Argentina la asunción de diputados del 3 de diciembre de 2025 volvió a exponer —sin disimulos— la decadencia intelectual y ética de buena parte de nuestra dirigencia.
La diputada española no necesitó gritos, ni chicanas, ni golpes de efecto vacíos. Solo palabras, precisas y afiladas:
“Entre usted y yo hay una diferencia esencial. Yo a usted no lo odio, usted a mí sí.”
Desde allí construyó un alegato que mezcla formación histórica, conciencia democrática y valores. Denunció la inmoralidad de una amnistía, la manipulación del debate público, el pacto con delincuentes, el uso de los niños gazatíes como escudo electoral, el desprecio a los policías heridos y el odio identitario como método político.
No insultó: argumentó.
No improvisó: estudió.
No sobreactuó: se plantó.
Contrastemos.
En el Congreso argentino, la sesión del 3/12/2025 exhibió lo contrario: un catálogo de carencias. Legisladores sin preparación, sin formación histórica, sin dominio del idioma, sin una idea clara sobre lo que significa representar a millones de ciudadanos. Hubo discursos vacíos, papelones protocolares, desconocimiento básico de reglamentos y, sobre todo, una ausencia total de altura moral.
Mientras aquella diputada se permite decir:
“Usted odia lo que yo soy. Referencias a mi apellido, a mi origen argentino, a mi familia… Yo puedo odiar lo que usted hace, no a la persona.”
en Argentina vemos diputados que ni siquiera pueden diferenciar adversario de enemigo, crítica de agresión, Parlamento de cancha de fútbol.
La diputada habla de un padre francés que se alistó contra el nazismo.
Aquí abundan legisladores que no pueden hilar dos ideas, pero sí acomodarse al poder de turno con una velocidad que da vergüenza ajena.
Ella alerta sobre la ruptura de la convivencia democrática, sobre el muro simbólico y literal que fractura a España.
Aquí, muchos de los que juran sus cargos trabajan —de manera mucho más torpe pero igual de dañina— para dinamitar la institucionalidad desde adentro.
La diferencia no es solo de oratoria: es de formación, cultura cívica y sentido moral.
Ella denuncia decisiones políticas que destruyen el debate público.
Acá, la mayoría ni siquiera sabe qué es un debate público.
Mientras una argentina en el Parlamento español eleva el nivel de la discusión, buena parte de los diputados argentinos siguen hundiéndolo.
Quizás la pregunta no sea por qué España tiene representantes capaces de expresar con firmeza y coherencia lo que piensan, sino por qué Argentina tolera que muchos de los suyos lleguen sin preparación, sin valores y sin la más mínima noción de responsabilidad republicana.
Alejandro Monzon para Análisis Litoral
N/R Quién es Cayetana Álvarez de Toledo, la marquesa argentina que se convirtió en uno de los fenómenos de la campaña electoral española en 2019 : Es hija del XII marqués de Casa Fuente, Juan Illán Álvarez de Toledo y Giraud. De él heredó su título de marquesa. Su madre es Patricia Peralta Ramos, una mujer de la alta sociedad argentina. Cayetana Álvarez de Toledo es historiadora, periodista y una de las políticas más carismáticas del Partido Popular (PP) por Barcelona. Es de nacionalidad española, francesa y argentina. Durante esta campaña se convirtió en un fenómeno mediático y una de las críticas más fuertes contra el independentismo catalán.
