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La problemática de la pobreza en Concordia, Entre Ríos, es abordada desde diversas perspectivas, pero lamentablemente algunas de ellas se limitan a ser meramente declarativas, destinadas únicamente a llenar espacios y comunicar cifras actuales. Sin embargo, es esencial abordar este tema con una investigación profunda que se adentre en las raíces del problema.
Es evidente que muchos de estos enfoques están influenciados por intereses particulares, lo que desvía la atención del objetivo principal que debería encontrar soluciones efectivas para combatir la pobreza.
El panorama económico trazado por los expertos también plantea preocupaciones adicionales. Los precios de los principales indicadores económicos se han descontrolado en febrero, siguiendo la tendencia alcista que se observó durante el último mes del año anterior y el primer mes del año en curso. Se estima que la inflación en febrero no descenderá del 20 por ciento, lo que nos lleva a reflexionar sobre la discrepancia entre las proyecciones económicas y la realidad, una brecha que merece un análisis más detallado.
La situación socioeconómica muestra una alarmante tendencia: cada vez son menos los habitantes de Concordia que logran mantenerse por encima del umbral de la pobreza. Aunque se ha mencionado una encuesta reciente que indica que aproximadamente el 70 % de la población de la ciudad se encuentra en situación de pobreza, es importante señalar que se desconoce el nombre y la credibilidad de dicha encuesta. Este dato contrasta con las cifras oficiales del INDEC, que ubicaban a Concordia en el segundo lugar entre las ciudades más pobres del país, con un 58,3 % de pobreza y un 18,1 % de indigencia en el primer semestre de 2023.
La falta de un plan concreto por parte de la actual gestión del intendente Francisco Azcue para abordar esta problemática es motivo de preocupación en diversos sectores de pensamiento. Se critica especialmente el aparente desconocimiento por parte de las autoridades sobre el diagnóstico del grave problema que heredaron de anteriores gestiones, como la de Enrique Cresto y el ex gobernador gobernador Gustavo Bordet. Parece que estos últimos estuvieron más preocupados por su propio bienestar que por atender las necesidades de los sectores más vulnerables a los que supuestamente representaban.
Ante este escenario, algunas voces sugieren que el actual presidente @JavierMilei adoptaría con seguridad una postura de arréglense solos muchachos , si permitieron que les roben hasta las ganas de comer los anteriores gobernantes , aprendan a pescar , yo no tengo pescado. desvinculándose de la problemática. Esto con seguridad va a generar preocupación, en una comunidad que enfrenta dificultades significativas, y que hoy se dedica a disfrutar del pan y circo .
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