Tras las elecciones y en sintonía con los movimientos del gobierno nacional, el gobernador Rogelio Frigerio se dispone a relanzar su gestión con una serie de reemplazos estratégicos en ministerios y organismos claves. El foco estaría puesto en la eficiencia, la austeridad y una nueva ingeniería política para la segunda mitad de su mandato.
Así como Javier Milei mueve piezas en el Gabinete Nacional, en Entre Ríos también se avecinan modificaciones. El panorama político y administrativo provincial atraviesa una fase de expectativa y redefinición. El gobernador Rogelio Frigerio, tras tomarse unos días de descanso luego de las recientes elecciones, evalúa los movimientos que marcarán el rumbo de la segunda mitad de su gestión. Lejos de ser un simple paréntesis, esta pausa se interpreta como un momento de evaluación política antes de tomar decisiones que afectarán la cúpula de varios ministerios y organismos descentralizados. A su regreso, Frigerio activará una serie de cambios que buscarán no solo optimizar la gestión, sino también alinear la administración provincial con la estrategia de gobierno de Javier Milei, en un contexto nacional signado por la austeridad y la reestructuración estatal.
Uno de los movimientos ya confirmados —y que marca un punto de inflexión— es la salida de Alicia Fregonese de la presidencia del Consejo General de Educación (CGE). Aunque el nombre de su reemplazante ya está definido, los cambios no se producirán de inmediato, ya que la propia Fregonese expresó: “Yo no me voy hasta el 10 de diciembre”, fecha en la que asumirá como diputada nacional tras haber sido electa el pasado 26 de octubre. Su retorno al Congreso es leído en la arena política como una salida elegante, o más precisamente, una vía estratégica de salida de un cargo en el que —según distintas fuentes— nunca logró consolidarse.
El paso de Fregonese por el CGE estuvo marcado por la controversia permanente. Desde antes de su asunción fue cuestionada por su falta de trayectoria docente, un punto sensible en un área con fuerte peso gremial y educativo. Su relación con los sindicatos docentes fue tensa y conflictiva. En las mesas paritarias, no consiguió establecer un diálogo estable y fueron sus asesores quienes, en más de una ocasión, debieron intervenir para evitar el quiebre total de las negociaciones. En los últimos meses, la posibilidad de su remoción circulaba abiertamente, lo que refuerza la interpretación de que su regreso al Congreso libera el camino para una reestructuración profunda del CGE, con un perfil más técnico y mayor capacidad de diálogo político. Fuentes del oficialismo señalan que el sucesor ya está consensuado, lo que evidencia una transición ordenada y un intento del gobernador por darle al área educativa una impronta más efectiva y negociadora.
El gobernador seguramente pondrá el foco en ministerios clave que requieren renovación para la segunda etapa de la gestión. Entre ellos, Planeamiento, Producción y Desarrollo Social, además de organismos descentralizados que atraviesan un momento de desgaste interno. El área de Planeamiento e Infraestructura —tradicionalmente estratégica— podría experimentar un recambio debido a un reajuste presupuestario en línea con la política de austeridad nacional, donde el nuevo titular deberá revisar y priorizar proyectos ante la restricción de fondos federales. También se espera un énfasis en la eficiencia y la transparencia, siguiendo la impronta de Frigerio, con una gestión ágil, licitaciones limpias y ejecución eficiente de obras públicas.
La decisión de Frigerio va más allá de los nombres. La renovación del gabinete provincial apunta a una reconfiguración política integral con tres objetivos centrales: fortalecer la gestión incorporando funcionarios con capacidad técnica y lealtad política; reordenar el mapa interno alineando ministerios y organismos con la estrategia general del Ejecutivo; y enviar señales claras, mostrando al electorado y a la oposición que la gestión entra en una nueva fase, más técnica y menos política.
El gobernador Frigerio —conocido por su estilo negociador y su perfil de gestor— se prepara para una segunda mitad de mandato decisiva. El desafío será mantener la armonía política con la Casa Rosada mientras responde a las demandas sociales y económicas de una provincia que reclama resultados concretos. Las próximas semanas definirán quiénes continúan, quiénes se van y qué mensaje político envía Entre Ríos al país. Lo que está claro es que, para el gobernador, la etapa de la espera terminó: comienza el tiempo de las decisiones.
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