Entre Ríos: Provincia “en rojo”

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La devaluación golpeó feo a todos los sectores asalariados, la inflación caldea los ánimos y los meses son eternos. Las provincias, como lo dice a cada rato Rogelio Frigerio, están con las cuentas en rojo.

La semana pasada se conoció, finalmente, la inflación de diciembre: 25.5%, llevando la anual a 211.4%. Con esta cifra oficial, los gremios estatales y docentes esperan ansiosos el llamado del gobierno para negociar el próximo aumento de salarios.

A esa reunión que los sindicatos consideran que debe ser “sí o sí” esta semana, ATE, UPCN, Agmer y Amet no llevarán una cifra, sino que esperarán escuchar cuánto ofrece el gobierno en la mesa paritaria, que los funcionarios prometieron para cuando se conozca el mencionado índice inflacionario.C

Consideran que debería ser no menos del 30% para contrarrestar los aumentos descabellados de las últimas semanas (sin contar los aumentos que vienen galopando al 1% diario en enero). Pero el mensaje permanente de alarma y los gestos de austeridad de Rogelio Frigerio les baja cualquier expectativa.Aunque, tal vez, pueda ser una estrategia del gobernador: a la reunión de fines de diciembre los gremios fueron a llevarse nada hasta que apareció Frigerio, cual Papá Noel y los Reyes Magos, con un 12,8%. Esta jugada deja en veremos lo que pueda suceder en el encuentro que virtualmente se realizará en esta tercera semana de enero, a un mes de abrirse las escuelas en Entre Ríos.Si, imaginando un mundo feliz, el gobierno ofrece el 25,5% de aumento, la cuestión será sobre qué base salarial lo hace.

Si es sobre la de diciembre, los gremios calculan que están perdiendo un 6% de capacidad de compra de los sueldos; si es sobre la de junio, la caída real llega al 20%.Fuentes allegadas al gobierno que entienden de finanzas públicas provinciales, señalaron  que un 25% de aumento implicaría 30.000 millones de pesos. Si el mes que viene se debe sumar otro porcentaje similar, será “imposible” afrontar los compromisos salariales al Estado entrerriano.En febrero entraría algo por los impuestos inmobiliario y automotor, que no es más que una “ayuda pequeña” frente al drama que se avizora.Según los cálculos y la observación realizada por gremialista docente Víctor Hutt en un texto enviado a la redacción luego de conocerse le índice de inflación de diciembre, “el porcentaje de actualización salarial de todos los sectores del Estado entrerriano llegó al 141%, por lo que los salarios quedaron 70 puntos por debajo del aumento del costo de vida”.“Cerramos el año con una pérdida de 22,6% de poder adquisitivo del salario, es decir, por el mismo trabajo podemos adquirir el 22,6% menos de bienes y servicios, que es para lo que utilizamos nuestro salario”, afirmó el docente que realiza frecuentemente los análisis económicos para ayudar en la discusión salarial.Y agregó: “Dado que no hay conversaciones salariales a la vista y que si se abren se harán respecto a haberes de enero de 2024, ya habrá que incluir en ese análisis la carga inflacionaria de enero de 2024, dado que los haberes de enero se cobran en febrero y para ese momento ya habrá actuado plenamente la inflación de enero, en ese caso, si no se contempla el retroactivo para el mes de diciembre y la discusión se hace sobre haberes del mes de enero, tendremos que hablar de una actualización salarial del 61,3% respecto a haberes de diciembre de 2023”.Entre el discurso tranquilizador del gobierno de Gustavo Bordet y el apocalíptico de Frigerio, está la ausencia de información pública fehaciente sobre cómo son los números de la provincia.  No obstante, nadie duda de que todos los distritos federales del país están en crisis y cada gobernador está poniendo el grito en el cielo en un panorama de concentración de recursos cada vez más alevosa por parte la Nación.En las reuniones con otros funcionarios e intendentes que le piden recursos, Frigerio no pudo aportar ni siquiera lo suficiente para pagar el sonido de la “pospuesta” Fiesta Nacional del Mate en Paraná.

El presidente Javier Milei parece inamovible frente a los reclamos de algunos gobernadores sobre la coparticipación de impuestos, en particular el del cheque. Frigerio no se ha expresado públicamente con alguna postura firme al respecto. Estuvo en Buenos Aires reunido con funcionarios nacionales gestionando “el reconocimiento de fondos para el desarrollo de la infraestructura en Entre Ríos y el ordenamiento financiero de la provincia”, según informó Prensa de la Gobernación.

En la reunión con el ministro del Interior, Guillermo Francos, el gobernador entrerriano le expresó su apoyo “a la mayoría de las leyes enviadas al Congreso”, porque “Argentina necesita avanzar con reformas profundas”. El cambio de fondos por votos en el Congreso no es un invento novedoso, pero aparece como urgente frente al panorama que presenta el oficialismo sobre las cuentas públicas entrerrianas.Ni imaginarloLo que se venía reprimiendo hasta en los pensamientos, aquello que nadie quería ni nombrar, este viernes el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, lo puso sobre la mesa: envió a la Legislatura provincial el proyecto para crear “una moneda propia”: “Les dije la situación que estamos atravesando (en la provincia) y lo entendieron. Pidieron disculpas y acordamos una recomposición salarian en dos pagos porque no tenemos recursos”, explicó Quintela en declaraciones para Radio 10.Luego de decir que no quiere que la gente “se muera de hambre”, agregó: “Hoy no llegamos ni a la primera semana después del cobro de los sueldos.

Los riojanos se quedan sin plata. Por eso convoqué a sesiones extraordinarias para enviar un proyecto de ley que autorice a constituir un instrumento monetario, en caso de ser necesario”.Y cuestionó: “Se reparte solamente el 31% de la coparticipación.

No se distribuye el impuesto al cheque y el impuesto país tampoco. Lo mismo sucede con las retenciones por importación y exportación”.los allegados al gobierno de Frigerio que expresaron su preocupación porque temen que esto “es lo que se viene” para muchas provincias.

La experiencia del Federal en Entre Ríos aún perdura como un trauma sin cura. Los gremialistas consultados saben bien cuáles son las consecuencias: a la pérdida del poder adquisitivo de la devaluación e inflación del peso, se le sumará un 20 o 30% de desvalorización de la cuasimoneda. Un hachazo a la mitad del salario estatal y la consecuente conflictividad política y social, que nadie quiere.Claro que más allá de la dureza de la crisis, hay diferencias sustanciales respecto del 2001. Por ejemplo, hace 23 años la Nación no emitía billetes por la Ley de convertibilidad y casi todas las provincias lanzaron sus billetes. La semana pasada se informó que el gobierno de Milei, contrariamente a lo que dijo durante su campaña electoral, emitió unos 6 billones de pesos, según el informe de la consultora EcoGo. ¿No hay plata?

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