Concordia sigue entre las ciudades más pobres del país. Proponen una Asamblea Ciudadana y empleo genuino para cambiar un rumbo que la gestión municipal no ve.
En 2025, Concordia continúa siendo una de las ciudades más pobres de Argentina. La desnutrición infantil, el desempleo y la marginalidad ya no son emergencias temporales: son un sistema. Con más del 69,2% de los niños viviendo bajo la línea de pobreza esta condenada a un triste futuro . Sin planificación ni visión, con un alarmante narcomenudeo que corroe todo basamento social, la actual gestión municipal fracasa en revertir una realidad que golpea con crudeza, señalando al mensajero-segun declaraciones de los ultimos dias ,cuando el intendente Azcue apuntó en contra de las críticas y manifestó que “hay personas, algunos por ignorancia, porque escucho los planteos que hacen, inclusive gremios y periodistas, que me pregunto en qué ciudad viven, porque están desconectados de la realidad totalmente”. Obvio, es muy facil culpar al periodismo, que si bien es cierto fue muy permisivo con la anterior gestion ante tal decadencia .
La solución no es mágica eso si lo sabemos de antemano, pero sí urgente: trabajo genuino, planificación estratégica y constituir una Asamblea Ciudadana INDEPENDIENTE que le devuelva voz al pueblo.
Pobreza estructural que no cede: Concordia, entre las más golpeadas
Según los últimos datos del INDEC, más del 60% de la población de Concordia vive en situación de pobreza. La indigencia supera el 15.7 %. Es la segunda ciudad más afectada del país, solo detrás de Resistencia.
Los barrios más vulnerables sufren carencias múltiples: alimentación, educación, servicios básicos y vivienda. La realidad no mejora, y las estadísticas lo confirman. Hay barrios donde la pobreza ya no es una condición temporal, sino un paisaje permanente. En El Silencio, en Carretera La Cruz, en Villa Cresto, Larroca o en la Bianca, se escuchan los mismos relatos: niños que comen una sola vez al día, madres que se saltean el almuerzo para alimentar a sus hijos, jóvenes que no estudian ni trabajan y vecinos que duermen con miedo por la inseguridad.
Concordia sigue estando entre las ciudades más pobres de la Argentina. Según los últimos datos del INDEC publicados en marzo de 2025, el 56,4% de su población vive por debajo de la línea de pobreza y el 15,7% se encuentra en la indigencia.
Niñez desnutrida y sin futuro: el Estado ausente
En las escuelas públicas de barrios periféricos, más del 70% de los alumnos asisten con desnutrición o malnutrición crónica. El sistema educativo, sin recursos ni infraestructura, apenas contiene. La niñez en Concordia no tiene presente, y mucho menos, futuro.
Falta de planificación y empleo: la gran deuda de la gestión municipal
El municipio no cuenta con un plan estratégico para generar empleo genuino basado en el desarrollo de los distintos vectores productivos. Por ende no se observan políticas de incentivo a las PYMES, ni fomento real a cooperativas, ni vinculación entre oferta educativa y demanda productiva. El asistencialismo sin horizonte solo cronifica la pobreza. Con una carencia total de instrumentos de observacion y control de tan alarmantes indices.
Una realidad que se cronifica: sin trabajo ni horizonte
En Concordia, muchas familias sobreviven gracias a la economía informal. Rebusques diarios, changas mal pagas y, en muchos casos, planes sociales que no alcanzan. “Yo junto cartón desde las 5 de la mañana. Si me va bien, saco $5.000 o $8.000 en el día. Pero no es todos los días”, dice un padre de 32 años con tres hijos.
Con la transformación del antiguo basural en un centro de disposición final, muchas personas que reciclaban a cielo abierto perdieron su única fuente de ingreso. “Nos cerraron el basural y no nos dieron otra opción. Nadie nos explicó cómo seguir”, agrega.
Educación en crisis: “Los chicos no aprenden con hambre”
Una directora que prefiere no dar su nombre, pero acepta contar lo que ve todos los días: “Tenemos chicos con anemia, con bajo peso. Hay alumnos que se duermen en clase. No es falta de ganas, es desnutrición”. Los docentes hacen malabares: traen galletitas de su casa, gestionan donaciones, contienen emocionalmente. “La mayoría de los chicos viene solo para comer. Si un día no hay comedor, muchos no aparecen”, dice una maestra de segundo grado.
Una gestión que no planifica ni reacciona
La actual administración municipal sostiene que trabaja en “planes de contención y asistencia”, pero en los barrios los resultados no se ven. Los vecinos denuncian que no hay políticas de generación de empleo, y que los programas sociales no tienen seguimiento.
“Los funcionarios recorren los barrios para las fotos, pero después no vuelven. No entienden lo que es vivir con hambre, con frío, sin gas, sin cloacas”, dice Susana, vecina del barrio Constitución.
La propuesta que crece en silencio: una Asamblea Ciudadana para cambiar el rumbo
Ante la desidia política y el abandono institucional, algunos vecinos quieren comenzar a organizarse. Quizas desde centros culturales, cooperativas, movimientos sociales y sindicatos de base empiece a crecer la idea de convocar a una Asamblea Ciudadana abierta.
La propuesta es ambiciosa: crear un espacio colectivo para diagnosticar, debatir y proponer políticas públicas desde abajo. “No queremos más promesas. Queremos soluciones. Que nos escuchen. Que nos den herramientas para generar trabajo”, resume Dora, militante barrial y promotora comunitaria.
Un futuro que aún puede escribirse
La crisis de Concordia no es nueva, pero se profundizó con el paso del tiempo y la falta de visión. Mientras la dirigencia política local se enreda en internas, la gente busca cómo sobrevivir.
Concordia no necesita discursos. Necesita un plan. Una brújula. Una decisión colectiva para cambiar el rumbo. Porque la pobreza, cuando se vuelve paisaje, ya no indigna. Y eso, quizás, sea lo más peligroso de todo.