¿Qué fue y cómo se gestó el Pacto de Olivos?

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El acuerdo entre Menem y Alfonsín se alcanzó a fines de 1993. Así las dos principales fuerzas políticas del país dieron el paso fundamental para reformar la Constitución.

Luego de recuperada la democracia en diciembre de 1983, existía un amplio consenso de la mayor parte de los partidos políticos argentinos, sobre la necesidad de realizar una reforma constitucional que incorporara las nuevas orientaciones en materia de derechos humanos y mecanismos de defensa de la democracia, y resolviera las cuestiones de legitimidad que afectaban al texto aprobado en 1957, durante la dictadura autodenominada Revolución Libertadora.

Durante su presidencia, Raúl Alfonsín había encomendado la realización de un proyecto de reforma constitucional al Consejo para la Consolidación de la Democracia, que fue finalizado y publicado en 1986.​ Al promediar su mandato, el entonces presidente Carlos Menem retomó la idea de reformar la constitución y dio luz verde a las iniciativas políticas en ese sentido, cuya primicia la dio un medio dedicado a las Finanzas

El proyecto aprobado en 1993 establecía la necesidad de realizar reformas constitucionales sobre temas como el voto directo del poder ejecutivo y los senadores, jury de enjuiciamiento, mandato presidencial, régimen de la Ciudad de Buenos Aires, medio ambiente, partidos políticos, defensor del pueblo, democracia semidirecta, derechos del consumidor, consejo de la magistratura, etc. ​

Con el fin de consolidar el proceso reformista y presionar a los opositores al mismo, el 22 de octubre de 1993 el presidente Menem sancionó el Decreto 2181/93 convocando a una consulta popular no vinculante para que la ciudadanía se expresase respecto a la reforma constitucional que debería realizarse el 21 de noviembre, aunque finalmente no se llevó a cabo. Las encuestas indicaban que una amplia mayoría apoyaría la reforma.

En ese momento la UCR no logró establecer una posición unificada. Mientras Alfonsín y de la Rúa se oponían a la reforma constitucional, Eduardo Angeloz —gobernador de Córdoba y excandidato presidencial en 1989— sostenía la abstención, mientras que los gobernadores Carlos Maestro y Horacio Massaccesi, se habían pronunciado a favor de realizar plebiscitos para reformar la Constitución en sus respectivas provincias

La reunión secreta entre Menem y Alfonsín

En medio de esas indefiniciones, Menem y Alfonsín ser reunieron cara a cara y sellaron el denominado “Pacto de Olivos”, uno de eventos más importantes de la democracia. El nombre de este acuerdo proviene del lugar en donde se llevó a cabo, la quinta presidencial de Olivos y se firmó el 14 de noviembre de 1993.

Este acuerdo fue un símbolo aprobado como un trámite por la convención nacional de la UCR y por el Congreso nacional del partido justicialista que consolidó en el 1994 la reforma de la Constitución Nacional. Si bien se realizaron diversas modificaciones en la Carta Magna una de las más relevantes a tener en cuenta fue permitir la reelección presidencial.

Que contempló el Pacto de Olivos

El acuerdo sentó las bases de cuáles iban a ser las futuras reformas a efectuar en la Constitución y se dividió en tres partes.

La primera parte se denominó Núcleo de Coincidencias Básicas la cual estableció modificaciones en lo que respecta al ejercicio del poder como por ejemplo:

  • Reducción del mandato presidencial de 6 a 4 años.
  • Elección directa del presidente y vicepresidente a través de sistema de doble vuelta o balotaje.
  • Se eliminó el requisito confesional para ser presidente.
  • Se elegirían tres senadores por provincia y tres por la ciudad de Buenos Aires; dos por mayoría y uno por minoría.
  • Atenuación del sistema presidencialista, promoviendo la creación de un jefe de gabinete de ministros, nombrado y removido por el Presidente, con responsabilidad política ante el Congreso.
  • Nueva facultad para que el Presidente de dictamine decretos de necesidad y urgencia y procedimientos para agilización del trámite de discusión y sanción de las leyes.

En segundo lugar se acordó un Conjunto de debates abiertos aplicables a los puntos que podían ser objeto de debate y votación libre, sin que ambos partidos estuvieran obligados a votar.

Y por último, se ordenaron un conjunto de normas procedimentales.

Las reuniones previas

Previamente a la firma oficial del pacto de Olivos existieron algunas reuniones y encuentros entre las partes que se caracterizaron por ser secretas. Tuvieron lugar en la casa del ex canciller Dante Caputo ubicada en Olivos. Se cree que la primera de ellas se llevó a cabo el 4 de noviembre de 1993.

El dueño del hogar se encontraba en Estados Unidos por lo que fue su mujer, Anne Morel quien recibió a Alfonsín acompañado por Mario Losada, presidente de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical y Enrique Nosiglia.

Luego llegó a tomar mate el expresidente Carlos Menem en conjunto a Eduardo Bauz, ex secretario general de la Presidencia, Eduardo Duhalde ex gobernador bonaerense y Luis Barrionuevo, líder de los Gastronómicos y aparentemente el encargado del menú del desayuno.

Alfonsín fue esa mañana de jueves a lo de Caputo sabiendo que sellaría un pacto beneficioso para Menem en materia de reelección pero, por otro lado fue el único modo en el que obtuvo incidencia para dejar sus ideas plasmadas en la Constitución. Además, sabía que Menem iba a estas dispuesto a escuchar sus proyectos ya que no era fácil en la época sumar dos tercios de cámara para llegar a cabo la reforma.

Por supuesto que la reunión fue privada y nunca se supo exactamente cuál fue el carácter de la conversación ya que ninguna de las partes habló al respecto.

Las modificaciones constitucionales del 94

La constitución nacional sufrió varios cambios que, como se mencionó anteriormente, fueron pautados en el Pacto de Olivos. Una de las principales modificaciones fue la reelección presidencial (con un mandato de cuatro años). Se implementó el puesto de jefe de Gabinete, se creó también el Consejo de la Magistratura para la selección de magistrados y el Ministerio Público para promover la justicia.

Además las provincias, gracias a estas modificaciones, adquirieron el dominio de sus recursos naturales para poder administrarlos. Mientras que, la ciudad de Buenos Aires se volvió autónoma adquiriendo nuevas facultades independientes y creando inclusive años más tarde, su propia constitución porteña.

Se reconoció también la preexistencia étnica de los pueblos originarios y se estableció el derecho al medio ambiente sano entre otras cuestiones tales como la utilización racional de los recursos naturales.

En lo que respecta a los medios, se habilitó el secreto de la fuente periodística para proteger a las informantes al momento de difundir una información.

Y, en materia internacional, se les otorgó jerarquía superior a las leyes relacionadas con tratados internacionales.

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