Por primera vez habla la madre condenada por abusar de sus hijos

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-Hace diez años que me tienen callada. Hace diez años que estoy aguantando y dejando que se diga la parte que a ellos les conviene. Hoy ya está. Ya estoy jugada. Mañana voy a tener los pies adentro del penal. ¿Entonces por qué voy a seguir callándome?
El 7 de noviembre de 2022, un tribunal condenó a María José Saavedra a 25 años de cárcel por el delito de promoción a la corrupción de menores agravada y de promoción a la prostitución de menores. Las tres víctimas: sus propios hijos. La condena -que involucra a otras 7 personas- fue confirmada por la Cámara de Casación Penal de Concordia, que este jueves hizo lugar a un pedido del Ministerio Público Fiscal y ordenó su detención inmediata, el de su hermana, su hermano, la pareja de su hermano y la expareja de su hermano.
La Fiscalía argumentó el riesgo procesal de «peligro de fuga» para pedir su encarcelamiento y porque además, adujeron, «no poseían arraigo arraigo familiar más que su relación recíproca. Exhibieron como ilustrativo de las posibilidades de evasión, los ingresos suficientes para eludir las altísimas sanciones que les esperarán a la brevedad». Este jueves, María José Saavedra habló públicamente por primera vez después de diez años del proceso judicial que terminó con su condena y su encarcelamiento.
Se trata del caso que mediáticamente se conoció como el de los abusos de los tres hermanos de Oro Verde, aunque los hechos imputados, todos de gravísimo tenor, que involucraron a tres hermanos menores de edad, ocurrieron en distintos puntos geográficos. «Con mucho dolor y con mucha angustia recibimos la notificación de que nos mandan a la cárcel», contó la mujer durante una entrevista con el programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7.
«Hace más de 10 años que venimos peleando en esta causa, demostrando que somos personas de derecho. Las veces que nos han pedido pruebas, hemos estado siempre a disposición de la Justicia y jamás fuimos escuchados. Siempre se escuchó una sola parte. No se hizo una investigación real, concreta. El proceso llegó a un punto en el cual se encontraron con que la instrucción estaba mal hecha y hoy nos anoticiamos que nuestro pedido de excarcelación fue rechazado nuevamente. Aludieron que no tenemos arraigo y que contamos con solvencia económica suficiente como para fugarnos, cuando ha quedado demostrado en estos 10 años que quisimos velar por la justicia y la verdad, y codo a codo con el juzgado para llevar a encontrar la verdad. Pero hoy nos encontramos con todo dado vuelta. Un juicio tomado de los pelos, con pruebas que son dichos, se toma por verdad dichos, cuando hemos presentado pruebas científicas que no han sido tomados en cuenta. No se llamó a los pediatras, no se llamaron a los docentes de los chicos. Se tergiversó todo lo que nosotros decíamos y la verdad que llegamos hoy a una instancia no solo con mucho dolor, también con indignación. Un tribunal minimiza que mi hija mayor declara en el mismo juicio que su padre la amenazó de muerte si la traicionaba», relató.
Cae la noche del jueves y María José Saavedra está en ascuas: en cualquier momento golpearán la puerta de su casa efectivos del Servicio Penitenciario para llevarla a la Unidad Penal Nº 6 Concepción Arenal, de Paraná. Mientras, decidió hablar. Por primera vez lo hace en un mediío de comunicación. Dice: «Los chicos -se refiere a sus hijos, que ya son mayores de edad; la denuncia fue hecha en 2013, NdelR- están amenazados, acusan de violencia a su padre y llevan a la cárcel a personas inocentes. La misma hija lo declaró en Tribunales», señala.
Relató que se separó del padre de sus tres hijos en 2011, y que ese trámite fue «complicado», y explica por qué. «Se habla de un mutuo acuerdo. En realidad, tuve que firmar un mutuo acuerdo para que me dejaran irme de la casa de mi exsuegro. Queda como que los chicos vivían conmigo solamente; en realidad, vivían conmigo, con el padre y con los dos abuelos paternos. Me separo en 2011 y me voy a vivir con mi hija chica. Pero el 23 de julio de 2013, en feria, nos cae denuncia. No tuvimos abogado ni perito de parte. Nos amenazó la fiscal (Cecilia) Bértora de encerrarnos en el calabozo si seguíamos preguntando. Desde el inicio de todo esto pasaron por encima de nuestros derechos. Los acusados pedimos pericias nuestras y del padre. En esas pericias surgió que el padre es manipulador y violento. Y a nosotros no nos salió nada, pero los jueces no vieron nada. En 2016 la hija denuncia al padre por violencia. A uno de los hijos el padre le pone un cuchillo en el cuello, le arrojó agua hirviendo», cuenta.
«Nada de esto fue tenido en cuenta por el tribunal. A la otra nena la ahogaba en un estanque que tenían, la golpeaba, la mandaba a la hermana mayor para ver si tenía marcas en el cuerpo. Todo eso está denunciado en el Copnaf (Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia), y nada de eso se tuvo en cuenta. Se dijo que el padre estaba nervioso. En el Copnaf, los chicos dijeron que a su hermana el padre le pegaba y le decía que era puta y le gustaba lo que le habían hecho. No entiendo cómo esto no lo tuvo en cuenta el juzgado. Y ahora somos inocentes y nos mandan a la cárcel. Estamos a horas de estar en el penal. Es la primera vez que hablo con alguien. No nos permitieron hablar. En su momento porque eran menores los chicos. Uno acata las órdenes. Y al final nos encontramos con todos nuestros derechos pisoteadas.
-Los mandan a la cárcel porque dice el tribunal que no tienen arraigo.
-No es cierto. Tengo a mi mamá en un geriátrico.
-¿Usted tiene un botón antipánico?
-Tengo botón antipánico a raíz de una denuncia que le hice a la segunda pareja que tuve. Es una persona que ha incumplido todas las medidas restrictivas. La fiscalía llevó a esta persona como testigo en el juicio. Lo tuve cerca mío en el juicio cuando existían medidas restrictivas de acercamiento.
-¿Cómo cree que va a seguir su vida de ahora en más?
-Hemos hablado con los defensores -en realidad, Luis Pedemonte, defensor oficial, NdelR- y se va a pedir elevar al el caso al Superior Tribunal de Justicia porque el juicio fue hecho arbitrariamente. Se condenó solamente a través de dichos. Ni siquiera se juzgó con testigo ocular, como fue mi hija mayor, que dijo que el padre los amenazaba y los golpeaba para que le diera detalles. Además, los chicos están amenazados. Eso quedó comprobado por la misma hija. Están amenazados a decir que fuimos nosotros. No dudo que fueron abusados. Yo lo viví.
-¿Amenazados siendo mayores de edad?
-Yo también fui mayor de edad y estuve amenazada.
-¿Usted denunció por violencia a su expareja, el padre de sus hijos?
-Nunca me tomaron las denuncias y eso viene desde el año 97. No nos olvidemos que el señor es militar, y su padre fallecido era subcomisario de la Policía de Entre Ríos. Cada vez que intenté ir a la comisaría de Oro Verde a denunciar no me tomaban las denuncias. La última vez que hice una denuncia, me contestó el policía, que lo conocía a mi exsuegro: `Ahora esto se va a venir con todo hacia vos`. Fue lo único que me dijo. Y un año después recibo esto.
-¿Cuando pierde contacto con los hijos?
-En 2011, cuando me separé. Ellos se quedaron viviendo con el abuelo paterno, y con el padre. Yo me fui con la nena más chiquita a vivir a un departamento, sola con la ayuda de mi familia que pagaban el alquiler. Desde entonces no los vi más. A la más chica la tuve hasta 2013, cuando se hizo la denuncia. Desde entonces no la vi más.
-Que va a pasar cuando esté en el penal de mujeres.
-La verdad, no sé qué va a pasar. Nosotros vamos a seguir peleándola. Vamos a seguir tratando de demostrar nuestra inocencia, que nos escuchen a nosotros y a muchas otras personas que les pasan situaciones semejantes, tal vez no tan fuertes. Que los jueces hagan su trabajo. Hubo cosas ilógicas en la investigación que hicieron. Se demostró que no existió red de pedofilia, ni tráfico de drogas, ni rito satánico. Lo que sí espero es no tener que decir que no hay justicia, que no hay verdad.