“Nueva era”: Javier Milei asumió como presidente y vaticinó un “principio duro” ante sus votantes

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El libertario recibió los atributos de mando en la Asamblea Legislativa y luego leyó su primer discurso ante la Plaza del Congreso, donde apuntó contra la herencia económica y ratificó un ajuste. Risas con Cristina Kirchner, saludo efusivo a Mauricio Macri y presencias internacionales.

Con la banda presidencial cruzada sobre el pecho, Javier Milei apoyó el bastón de mando sobre el alfombrado del recinto. Sonriente, le mostró a Cristina Kirchner el detalle de sus cinco mastines ingleses en la empuñadura. La Vicepresidenta saliente, que acababa de escuchar el juramento con la mirada fija y las manos en los bolsillos, se sorprendió con el detalle y reaccionó con risas. La transición había concluido.

Con el respaldo de más de 14 millones y medio de argentinos y un discurso inaugural de espaldas al Congreso, Milei asumió este domingo como presidente de la Nación junto a su vice, Victoria Villarruel. Se abre así una etapa inédita en el país, que será gobernado por primera vez en su historia por un “liberal libertario” que no proviene de la política y promete aplicar un ajuste con “motosierra”.

“Hoy comienza una nueva era en la Argentina”, proclamó el flamante mandatario ante sus seguidores, congregados en la Plaza del Congreso con banderas argentinas y otras amarillas con la imagen del león. Fue después de prestar juramento y recibir los atributos de mando de parte de Alberto Fernández en una Asamblea Legislativa breve y protocolar.

Mientras legisladores de la oposición se retiraban del recinto molestos con su silencio, Milei volvió a atravesar el portón principal, bajó treinta escalones por la alfombra roja y, tras estrechar manos con sus pares extranjeros, se ubicó ante un atril y leyó ante los manifestantes su primer discurso, imitando la tradición y la estética norteamericanas.

Javier Milei saludó al expresidente Mauricio Macri (Foto: Federico López Claro)
Javier Milei saludó al expresidente Mauricio Macri (Foto: Federico López Claro)

El presidente habló de espaldas a los representantes del pueblo (cuyos votos necesita para sancionar las leyes) y de cara a sus votantes. En una apuesta un tanto arriesgada para su debilidad en el Congreso, eligió explotar su capital electoral en lugar de empezar a construir legitimidad política, esa que buscará generar de la mano del PRO y el menemismo.

A lo largo de media hora, Milei omitió realizar anuncios (se harán este lunes a primera hora en Casa Rosada) y tampoco mencionó la convocatoria a sesiones extraordinarias ni el paquete legislativo que enviará al Congreso (sería más de un proyecto). El mandatario, en cambio, abundó en detalles de la economía heredada para justificar un inminente recorte del gasto público.

“No buscamos ni deseamos las duras decisiones que habrá que tomar en las próximas semanas, pero lamentablemente no nos han dejado opción. Sin embargo, nuestro compromiso con los argentinos es inalterable. Vamos a tomar todas las decisiones necesarias para arreglar el problema que causaron 100 años de despilfarro de la clase política, aun cuando el principio sea duro”, aseveró.

Milei adelantó que aplicará un ajuste fiscal de cinco puntos del PBI “que recaerá sobre el Estado y no sobre el sector privado”. “No hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock. Naturalmente, eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes”, reconoció, y agregó que “habrá esta inflación, es cierto, pero no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos doce años”.

Javier Milei en su discurso en las escalinatas del Congreso (Foto: AP)
Javier Milei en su discurso en las escalinatas del Congreso (Foto: AP)

A sus costados, lo escuchaban debajo de un sol refulgente varios mandatarios, funcionarios y diplomáticos de la región y el mundo, como los presidentes Volodímir Zelenski (Ucrania), Gabriel Boric (Chile), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Santiago Peña (Paraguay), Daniel Noboa (Ecuador), Viktor Orban (Hungría), Vahagn Jachaturián (Armenia), el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro y el rey Felipe VI de España.

Bolsonaro fue uno de los que siguió la Asamblea en primera fila, sentado en el sector izquierdo del recinto, al lado de dos expresidentes argentinos, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde. Más tarde se sumó Mauricio Macri, a quien Milei saludó con efusividad apenas recibió los atributos de mando. En las sillas traseras se ubicaron los gobernadores y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.

Del otro lado estuvieron los futuros ministros del Gabinete y la hermana del presidente, Karina Milei, además de los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia. Y enfrente, en los palcos de la primera bandeja, se sentaron la primera dama, Fátima Florez; los padres de Milei, Norberto y Alicia; Eduardo y Zulemita Menem; y el líder del partido de ultraderecha español Vox, Santiago Abascal, entre otros.

Los presidentes Boric (Chile), Lacalle Pou (Uruguay) y Zelensky en la Asamblea Legislativa (Foto: Federico López Claro)
Los presidentes Boric (Chile), Lacalle Pou (Uruguay) y Zelensky en la Asamblea Legislativa (Foto: Federico López Claro)

“¡Motosierra! ¡Motosierra!”. El grito bajó con estridencia desde las gradas superiores mientras transcurría el cuarto intermedio a la espera de la llegada de Milei en un Mercedes Benz descapotable negro. En un recinto donde varias bancas lucieron vacías, los legisladores fueron espectadores de un acto protocolar.

“Me hubiera gustado que hable acá”, admitió el jefe del bloque PRO, Cristian Ritondo, aliado fundamental en Diputados. “No es el estilo que yo hubiese escogido no hablarle a la Asamblea. Me preocuparía que se inicie una práctica de evadir el Congreso”, señaló su par de la UCR, Rodrigo De Loredo. “No es una buena señal que el primer discurso sea de espaldas al Congreso”, coincidió Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica.

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