La cosecha de arándanos comenzó en Argentina atravesada por las particularidades que este año impuso la pandemia de Covid-19 en todo el mundo. En la Mesopotamia argentina, comenzó la temporada de recolección de la fruta con el foco puesto en garantizar la bioseguridad tanto del personal como del producto.
La Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (APAMA) elaboró para esta cosecha un protocolo especial para tareas de campo y empaque que cuenta con el aval del Centro Stamboulian de Argentina, especialista en infectología.
En el caso del transporte, por ejemplo, el protocolo establece que los colectivos de transporte del personal podrán ocuparse al 100% de su capacidad de asientos y que no podrá viajar ningún trabajador parado; el vehículo deberá tener a disposición un atomizador con alcohol al 70%; cada persona deberá desinfectar sus manos al subir al colectivo y antes de descender; se deberá mantener el colectivo ventilado durante el traslado y no debe detenerse a comprar comida o bebida en ningún sitio. Durante todo el viaje, los ocupantes deberán mantener colocado correctamente el barbijo o tapaboca y no deberán llevarse la mano a la cara. Si necesitan hacerlo, previamente deberán lavarse las manos con alcohol en gel. No se permitirá la ingesta de bebidas ni alimentos durante el viaje.
Sobre APAMA
La cosecha de arándanos en la Mesopotamia ocupa aproximadamente a unas diez mil personas en época pico. Son cerca de 50 establecimientos productivos que producen casi la mitad de los arándanos del país. La superficie productiva es de 900 hectáreas en 2020. En su mayoría, la fruta es de exportación aunque el mercado interno ha ido creciendo en los últimos años.
APAMA nuclea a empresas y productores independientes de, principalmente, Concordia y el sur de Corrientes. –